El funk no es asunto menor: tiene que correr por tus venas el ritmo y tienes que saber transmitirlo.
Cory Henry, convertido en el maestro de ceremonias tras su inseparable órgano Hammond, supo guiar con sus The Funk Apostles a los miles de asistentes a través de una fiesta en la que sonaron tanto temas propios como reinvenciones de clásicos como el 'Stayin' Alive' de los Bee Gees. Convirtió su mitad de la sesión doble en una auténtica fiesta visceral donde no se podía parar de bailar.
La segunda mitad de la noche fue para Trombone Shorty, también conocido como Troy Andrews, o el niño prodigio de Nueva Orleans. Su propuesta sonora es rompedora, salvaje, inesperada. Tan pronto toca el trombón como la trompeta o canta o baila o sacude la pandereta como si no hubiera mañana. Y todo, alternando rythm&blues con funk, rock o hasta hip hop. No hay estilo que se le resista a este músico y a su banda, que transmite una energía salvaje.
Dos auténticas fuerzas de la naturaleza que arrasaron con el Real Jardín Botánico de Alfonso XIII el pasado 18 de julio.
[Fotos: Jorge Fuembuena]