Noche de ritmo, de baile y de elegancia. La que nos propone el norteamericano Nile Rodgers, arquitecto de la mejor música disco que fue junto a Bernard Edwards al frente de Chic, productor de algunos de los mejores discos de Madonna, David Bowie o Diana Ross y colaborador de excepción en el renacimiento creativo de Daft Punk, y la que también nos propone Takuya Kuroda, el trompetista y productor japonés cuyo perfil creativo es lo más parecido que tenemos a un Dizzy Gillespie del siglo XXI.
Chic, el dúo que formaban el guitarrista Nile Rodgers y el bajista Bernard Edwards, redefinió y sublimó la música de baile entre finales de los setenta y principios de los ochenta, merced a una serie de álbumes sensacionales, en los que el funk y la música disco se citaban: ¿quién no recuerda exitazos como “Good Times” o “Le Freak”? Pero aquello fue solo el principio para la carrera de Rodgers como músico total: produjo el We Are Family (1979) de Sister Sledge, el Diana (1980) de Diana Ross, el Let's Dance (1983) de David Bowie y el Like a Virgin (1984) de Madonna, discos que definieron una época entera. Su forma de tocar la guitarra creó escuela. Colaboró con Daft Punk en su celebradísimo Random Access Memories (2013). Y mantuvo viva la llama de Chic con discos como Chic-Ism (1992) o It's About Time (2019), con una espectacular nómina de invitados: Bruno Mars, Debbie Harry, Pharrell Williams, Janelle Monae, Haim, Disclosure o David Guetta.
El japonés Takuya Kuroda parte del jazz, obviamente, pero su sedosa y distinguida fórmula siempre se ha caracterizado por ahormar soul, funk, afrobeat y algunas otras especias en el mismo discurso. Fogueado en la escena de Nueva York, habiendo colaborado con José James, Akoya Afrobeat o Badder (la banda de DJ Premier) y formado parte de escuderías discográficas con tanto pedigrí como Concord o Blue Note, el nipón aterriza en Noches del Botánico para presentar su último y séptimo disco, un Midnight Crisp (2022) que confirma lo híbrido de su infalible alquimia en seis nuevos cortes.
En Noches del Botánico creemos que para disfrutar la cultura no hay edad, es por eso que al recinto podrán acceder todos los menores indistintamente de su edad. Estos deberán acceder con su correspondiente entrada y acompañados por su padre, madre o tutor legal.
Si la edad del menor es inferior a los 16 años deberá asistir siempre acompañado por su padre, madre o tutor legal.